viernes, 6 de abril de 2012

de comenzar de nuevo y aprovechar los momentos de hablar

Ayer, querido Fígaro, te levantaste pensando en la necesidad de asistir a la actividad de la Pastoral de los Enfermos. Ya habías preparado desde ayer la introducción a la lectura.

Pensabas que era una actividad general para toda la parroquia. No era así, era solo un asunto de la pastoral.

Una vez más, como te había ocurrido pocos días atrás, tomaste conciencia de lo importante que era el tener de nuevo la oportunidad de hablar. Volviste a reconocer que no era momento de volver a la timidez, ni de retrarte en el pensamiento de que "ser el punto de atención" no es algo que te guste.

Es relativo, querido Fígaro. Pues te molesta cuando nunca te toman en cuenta para hablar, y luego, te molesta cuando si lo hacen. Definitivamente esos momentos hay que aprovecharlos, para decir alguna palabra buena, para elevar las conciencias hacia una entrega más radical al Señor. Aunque sea esa radicalidad que, si algún día tuviste, querido Fígaro, hoy tú mismo has perdido.

De hecho en el retiro de hace unos días, pedías al Padre, para los asistentes, aquello que tú mismo aun no tienes. No lo tienes a pesar de tener una idea de cual es el camino.

Es triste, querido Fígaro, el notar lo poco que has avanzado en tantos años. Pienso que es momento de hacer un alto en el camino y comenzar de nuevo.

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